¿Qué había pasado con el remordimiento en los seres humanos?, al menos él no sentía ninguno en ese momento tan dramático para ese hombre tendido en el suelo, no sentía una conciencia mínima que pesara sobre sus hombros y espalda ancha. No se podía tener remordimiento en ese lugar, era una contradicción antagónica, su pensamiento divagaba por todos sus recuerdos de niño y se miraba en ese momento, que tal cambio radical no muchacho, había tenido un cambio tan directo y abyecto como la mente del guerrillero que nace con paz en su corazón. Sus zapatillas desgastadas por la tierra y el trayecto que se tenía que caminar cuesta arriba para llegara a ese lugar, en la habitación estaba colgado un cuadro de Coppola con la veneración de un Dios, tenían algunas velas medias marchitas por el tiempo a su alrededor, barba blanca tenía el creador del gánster más famoso del cine, sobrio como el ambiente, todo era frío y sospechoso ahí. Felicidades oía decir con el olor a licor de hombres a medio rasurar, con el aspecto realmente desorientados de todo, ¿realmente se sentía uno feliz o solo aceptado por el grupo?. Estaba a punto de confundir en ese momento esa mínima diferencia que no solo consistía en que se escriban diferente esos dos términos, podía ser feliz sin ser aceptado,se preguntaba, ahora no sabía si eso era cierto, lo que quería era no seguir viendo la sangre del tipo, se veía a él reflejado.  

Desde que era muy pequeño la sangre había jugado un papel muy importante en su vida, las primeras lagrimas de corazón que le salieron, fue al ver ese charco rojo de su periquito que había muerto, la pequeña ave verde lo había acompañado cuando era niño, un año y algo mas había durado. Cuando vio el reflejo de sus ojos en ese pequeñito charco de sangre que había dejado el ave, asumió como válida la noción de que la sangre hace sufrir más al que no la ocasiona salir del cuerpo, no se olvido de ese reflejo, sus lagrimas empeñaban sus ojos pero no obstruían su recuerdo a largo plazo. El miedo no existía en ese fluido tan habitual en los seres humanos, hasta llegó a pensar que podría ser medico, pero mientras fue creciendo esa idea se fue descartando y fue madurando una excepcional característica.

El sábado de siempre, el salir a jugar con los de su cuadra, el fútbol que podía desempeñar muy bien pero que su mente se encargaba de aburrir, podía estar un tiempo máximo de quince minutos corriendo tras el balón, pero luego se aburría más que un militar con un libro de Neruda, incomprensible joven peruano, le gustaba el fútbol pero por poco tiempo, era como el matrimonio, es bonito mientras dure poco, es la mentalidad de la gran mayoría, pero nadie la dice, solo se piensa. Se sentó a ver como terminaba el partido, y acabó con un zancadilla del gordo Arenas a Paco, este cayó estrepitosamente al suelo y empezó a sangrar de las rodillas, una estaba más grave que la otra, se veía la piel magullada y la sangre que salía, se paró y fue a ver, todos estaban riendo, hasta el propio Paco. Llego el momento exacto en cómo sus ojos llegaron a posarse sobre la sangre en las rodillas y se sintió un tanto mareado, pero parecía que sus ojos habían obtenido autonomía de su cuerpo, no podía desviar la mirada de las rodillas de Paco, estaba fijado ahí, hasta que Paco se dibujó en su mente con muchos años encima, tirado en una vereda de un lugar que no sabía donde carajos era y tenía una bala alojada en la frente y estaba con los ojos abiertos mirando el oscuro vacío de la muerte. Empezó a correr hacia sus amigos que se iban a la casa de Paco a ver como la mamá de este le gritaba, él iba corriendo pero pensando en la imaginado. Ahí fue cuando se empezó a formar esta característica habitual de ver la sangre de diferente manera, de ver a la sangre con imaginación real. Que miedo iba a sentir cuando vea la suya tiempo después, su futuro estaba en un simple corte que se haría, que llegaría adivinar esas imágenes confusas, el miedo no a la sangre sino a lo que ocasionaba en su cerebro, no entendió en ese momento lo que había pasado con él, pero Paco tendría la frente intacta por un tiempo más...